Un estudiante de enfermería recibe el susto de su vida cuando encuentra a su paciente, el fiscal Derek Nicholson, brutalmente asesinado en la cama. El acto parece no tener ningún sentido Nicholson padecía una enfermedad terminal y le permanecerían tan solo unas semanas de vida. Pero lo que más le impactó al detective Robert Hunter de la División de Robos y Homicidios es la tarjeta personal dejada por el asesino.