Sé que a algunos les sonará a blasfemia, pero lo confieso: no he leído ‘Juego de Tronos’ ni ninguna otra de las novelas que componen la saga ‘Canción de hielo y fuego’ creada por George R. R. Martin. Sinceramente, estimo que no tienen la calidad que yo exijo a una obra literaria. Ello no es óbice, empero, para que disfrute enormemente de la serie de la HBO. Parece una contradicción, lo sé, pero para mí no lo es. Literatura y cine (o, en el caso que nos concierne, series de televisión) son medios muy distintos para contar historias, cada uno con sus particularidades, con su tempo y su propia narrativa, y una adaptación televisiva no tiene por qué imitar a la novela en la que se basa.